El gas natural

Mejora de la calidad del aire

El gas natural es el combustible fósil de menor impacto ambiental ya que, por sus características, permite una combustión eficiente, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire, con bajas emisiones de NOx, SO2 y partículas sólidas.

Estas características le han permitido postularse como un combustible clave en el proceso de descarbonización progresiva del sector energético. Además, el gas natural aporta una reserva energética flexible que respalda el carácter intermitente de las energías renovables, contribuyendo a garantizar la competitividad, la eficiencia y la seguridad energética.

Asimismo, es un importante activo para el desarrollo de nuevas tecnologías de mitigación de los efectos del cambio climático. Por ello, se ha convertido en una fuente clave para el desarrollo de la política energética a largo plazo de la Unión Europea.